Que nos estremeció más…

Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com

En el transcurrir de la semana pasada, fuimos impactados por dos graves hechos, muy diferentes entre sí pero no menos perturbadores: la revelación de la causa de la muerte del menor en manos de su propia familia en la ciudad de Medellín y el terremoto de magnitud 7.1 registrado en México el pasado martes.

Frente a la muerte del menor, una vez más miramos la descomposición de la familia: por un lado, un padrastro que maltrata y abusa sexualmente de un niño que por su corta edad, nunca tuvo posibilidad alguna de defenderse y quien debía protegerlo no lo hizo. Es inconcebible que un pequeñito como él haya sido objeto de tantos vejámenes; actitudes criminales como ésas, solo son posibles si provienen de un depravado, de una mente retorcida, de un ser que no merece ninguna consideración. Y aunque deberá responder por violencia intrafamiliar agravada y homicidio agravado, según se informa, es innegable que para casos como el ocurrido, vuelve a tomar fuerza el proyecto de ley que establece la pena de muerte para esta clase de criminales.

Pero ni que decir de la mamá biológica, porque no merece llamarse madre; esa mujer y todas aquellas que permitan que sus hij@s sean maltratados, no son dignas de tal reconocimiento, (pues hasta los animales defienden a sus crías). Ellas son tan o más responsables que el mismo violador. Son un verdadero peligro para la sociedad. Tampoco puedo dejar de mencionar, a las personas que conociendo del maltrato, no informaron a tiempo para poder evitar el desenlace fatal del menor. En estas ocasiones, denunciar no es cuestión de colaborar con la justicia, es asunto de responsabilidad propia y ante la sociedad.

En relación al terremoto de México, solo acierto a decir que pudimos ver y algunos vivir, la angustia de no saber nada de nuestros seres queridos; si bien la naturaleza se manifiesta como solo ella sabe hacerlo, afectando poblaciones enteras, no es menos cierto que en esta clase de eventos catastróficos, los milagros son evidentes para quienes creemos en Dios Todopoderoso, a quien le damos las gracias y por quien ofrecemos público testimonio: salir con vida a pesar de que la alarma se activó tardíamente y el edificio colapsó en su totalidad, tiene una sola explicación. La voluntad de Dios y el amparo de la Virgencita de Guadalupe, estuvieron presentes.
Septiembre 25 de 2017

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