Evaluación de capacidades relacionales: una tecnología para la gobernanza territorial

Por: Daniel Fernando Jaramillo del Río
Tomado de gobernanzaconsentido.org

La gobernanza implica una manera de tomar decisiones sobre aspectos políticos, sociales y económicos de los grupos humanos a partir de la participación de múltiples actores y de la búsqueda de consensos entre ellos. En este marco se hace necesario que los procesos comunitarios involucrados se gestionen a partir de la participación y del diálogo efectivo, para integrar distintas formas de conocer y de ver el mundo. Sin embargo, estos procesos de participación y diálogo se pueden ver limitados cuando se consideran exclusivamente formas de hacerderivadas del conocimiento académico, en las que el único saber valido es el que  proviene de aspectos técnicos que se distancian de los saberes populares.


Materializar la gobernanza como valor democrático implica entender que las decisiones de gobierno no pasan únicamente por cuestiones propias del conocimiento formal y que van más allá de los aspectos normativos y procedimentales manifestados a través de las llamadas capacidades técnicas o duras. Sin desconocer la importancia de estas capacidades técnicas, que se pueden entender en el contexto de la gestión pública como aquellos conocimientos formales que permiten el desempeño de distintos actores políticos, resulta esencial considerar que no son suficientes para lograr los fines de la gobernanza. Para ello resulta esencial combinar estas capacidades con una sensibilidad humana que posibilita el reconocimiento de la diferencia y la generación de vínculos de colaboración, a partir de los cuales se busca el bienestar colectivo. Esta sensibilidad se traduce en lo que se conoce como capacidades relacionales o blandas.

Para comprender los tipos de capacidades nombradas vale la pena considerar a manera de ejemplo a un hipotético alcalde de alguno de los 1.122 municipios de Colombia. Es un gobernante que conoce a cabalidad las normas y procedimientos establecidos para realizar la planeación de su territorio y que cuenta con todas las capacidades técnicas para llevar a buen término un complejo proyecto de mejoramiento de las vías de su municipio. Sin embargo, se trata de un alcalde intransigente, con poca capacidad para escuchar a sus interlocutores, con marcadas limitaciones para comunicar sus ideas y con tendencia a involucrarse en conflictos que no gestiona efectivamente y cuyo resultado es la enemistad con quienes requiere trabajar. A pesar de las altas capacidades técnicas de este alcalde, sus pobres capacidades relacionales representan un importante riesgo para su gestión, el cual podría implicar: 1) que el proyecto de vías que ha iniciado no responda a las necesidades manifestadas por la comunidad, 2) que su equipo de trabajo no comprenda su idea y no la logre materializar, y 3) que las rencillas que ha sembrado en su equipo y en distintas instancias del municipio se le conviertan en una interferencia para su gestión. 

Entendiendo la importancia esencial de las capacidades relacionales en la gobernanza y la poca atención que reciben en escenarios de gestión pública y de intercambio político, el proyecto Gobernanza Territorial ConSentido Publico [1] ha desarrollado el Índice de Relacionamiento Ético ConSentido Público (IRESP). Este instrumento es una tecnología para la medición de tres capacidades interpersonales que resultan fundamentales para construir ambientes sociales de diálogo, colaboración y participación. Estas tres capacidades son la empatía, el pensamiento crítico y el pensamiento en perspectiva ética. 

Para evaluar el nivel de desarrollo de las tres capacidades se entiende que la empatía es la capacidad de ver el mundo a través de los ojos de otros, comprendiendo sus creencias, valores, motivaciones y necesidades para actuar en consonancia.Desde esta comprensión el IRESP evalúa la empatía desde 5 componentes entre los que se destacan la conciencia emocional, la comunicación asertiva y la identificación de necesidades colectivas.

De la misma forma se entiende que el pensamiento crítico es la capacidad de analizar y reflexionar colectivamente sobre cuestiones sociales para tomar decisiones acertadas que consideren los posibles efectos positivos y negativos.El IRESP considera 6 componentes para evaluar esta capacidad entre los cuales se destacan la capacidad de realizar preguntas que faciliten mejores comprensiones de los problemas, la búsqueda creativa de soluciones y la  auto-observación de emociones, valores y procesos de pensamiento.

Finalmente se entiende que el pensamiento en perspectiva ética es la capacidad de identificar y comprender el impacto de las propias acciones en los múltiples niveles del mundo social y de la naturaleza, con el fin de tomar elecciones conscientes y sostenibles sobre temas vitales para la comunidad y el medio ambiente.Esta capacidad se evalúa a partir de 6 componentes entre los que se destacan la conciencia del efecto multi-sistémico de las acciones propias, la transparencia frente a asuntos públicos y la capacidad para construir visiones compartidas.

El valor del IRESP es que logra vincular estas tres capacidades y sus distintos componentes con cuestiones propias de la gestión pública pensada en clave de gobernanza. De esta forma, evalúa las capacidades relacionales en función de la planeación del desarrollo integral, del seguimiento y evaluación de procesos y de la rendición de cuentas.

El desarrollo de esta herramienta se dio desde una juiciosa revisión teórica cuyo resultado fue el diseño de una metodología que se puede aplicar con grupos de entre 20 y 30 personas en una sesión de aproximadamente 3 horas. Este proceso se realizó en dos ocasiones durante el año 2017 con grupos seleccionados de los municipios de El Calvario, El Castillo, El Dorado, Mesetas y Lejanías en el departamento del Meta; y de los municipios de Sandoná, Consacá, Linares y Ancuya en el departamento de Nariño. Estas evaluaciones dieron como resultado la identificación de necesidades específicas para el fortalecimiento de capacidades relacionales para la gobernanza en los grupos sociales evaluados, lo cual marca una hoja de ruta para su fortalecimiento.

Como se puede apreciar el IRESP es una herramienta con un alto potencial para promover procesos de gobernanza territorial. Se espera que mediante su futura utilización distintas comunidades y equipos de gobierno del país puedan identificar sus fortalezas y potenciales en torno a los estilos de relación que construyen en función de la gobernanza. De esta forma Gobernanza Territorial ConSentido Público y todos los actores que participan desde los departamentos del Meta y Nariño contribuyen a construir una Colombia más incluyente y en paz, mediante el fortalecimiento de modelos de liderazgo caracterizados por la escucha y por la cercanía a las necesidades reales de las poblaciones.

[1]Ejecutado con la financiación de  la Unión Europea por distintos socios entre los que se destacan la Federación Colombiana de Municipios (FCM) y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).


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