Por Madeleine Sánchez
mcarolinasn@gmail.com
Como bien sabemos el Día
Internacional de la Mujer, que se conmemorará mañana, no tiene nada que ver con
celebrarnos lo bonitas, tiernas y delicadas que podemos ser, sino que se
remonta a hechos históricos relacionados con nuestros derechos y el papel que cumplimos
en la sociedad.
Sin embargo, lo que hoy muchos
asocian con la ocasión es regalarnos chocolates, rosas o una cena romántica, y
bueno, no está mal pero ¿nos han preguntado realmente qué queremos?
No, no nos regalen flores. Lo que
las mujeres queremos y merecemos al igual que todas las personas, sin
distinción alguna, es respeto.
En los últimos días los medios de
comunicación han difundido las múltiples maneras en las que mujeres han sido
agredidas. Y aunque lo más sonado por ahora son los acosos a los que se han
visto sometidas las jugadoras de la Selección Colombia Femenina, esto es un
lamentable cuento que se repite cada día en todos los rincones del mundo.
Este caso ha servido para nuevamente
traer a colación la problemática, y es que en pleno 2019 se escuchan casos de
mujeres a las que sus esposos no las dejan trabajar, de chicas que tienen que
soportar el piropo malintencionado y morboso en las calles, y de las mujeres
que son violadas o acosadas sexualmente, entre cientos de hechos que se registran
constantemente.
Pero uno no sabe qué es peor, si el
mismo acto que ofende y agrede a una mujer, o las justificaciones que la gente
suelta a boca llena.
“Ella se lo buscó porque estaba
mostrando mucha piel”, “Para qué sale a tan altas horas de la noche”, “A ella
le gustaba salir a bailar en contra de su esposo”, entre otros comentarios tan
absurdos.
Las mujeres podemos vestirnos como
queramos y no quiere decir que nos estemos insinuando a alguien o que queremos
que nos toquen. También tenemos derecho a salir de noche si queremos al lugar
que nos plazca, a bailar, a comprar a pasear o lo que se nos ocurra, y nadie
tiene derecho a ponernos un dedo encima, ni a insultarnos.
Tengamos un poco de sentido común,
pongámonos en el papel de quien es ofendida, señalada, difamada o violada. Si
lo que hacemos no transgrede los derechos de los demás, todos podemos hacer lo
que nos guste hacer o lo que necesitemos hacer.
Y eso es lo que queremos, de parte
de todos, porque el mensaje no va solo a los hombres sino a las mujeres que ven
en otra mujer un enemigo que no existe. Simplemente merecemos respeto.
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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